Aquiles vs Héctor (Javi)

Aquiles el más grande de todos los boxeadores nacidos en toda Grecia, se entrenaba en su gimnasio acompañado por su primo Patroclo, cuando fue interrumpido por su manager Ulises:
-¡Como se encuentra hoy mi querido Aquiles!
-Pues ya me ves entrenándome, a espera de que me consigas algún combate.
-De eso precisamente quería hablar contigo. Sabes que el trofeo griego Elena está en las vitrinas de la federación de Troya ¿no? Pues bien el presidente de la federación de boxeadores de Grecia (FBG), Agamenón, se ha puesto en contacto conmigo esta mañana para que sea tú quien nos representes y así recuperar este trofeo tan significativo para nosotros.
-Y… ¿cómo se hace llamar la persona con quien me enfrentaré?
-Su nombre es Héctor y es considerado como el mejor boxeador troyano. Piénsatelo bien Aquiles es una gran oportunidad para darte de conocer y de que toda la gente te reconozca y además es una manera de que tu nombre se recoja en la historia del boxeo griego. ¿Aceptas o no aceptas?
-Mmm… ¿Dónde hay que firmar?
-Jajaja… Sabia respuesta… Bien el vuelo saldrá mañana a primera hora así que estate preparado que te pasaré a recoger.
Dicho esto Ulises se marchó.
Aquiles, entusiasmado, corre a decírselo a su madre, quien no era partidaria de que su hijo praticase dicho deporte. Pero sabiendo que la ilusión de su hijo era hacer historia en el mundo del boxeo, prefirió no privarle de tal deseo.
En una de sus noches nocturna, conoce a Briseida con quien mantuvo una aventura pasional en su estancia en Troya. A Briseida se le reconocía, a parte de su belleza, por tener relaciones con diversos deportistas famosos como con Hércules, campeón de halterofilia, entre otros.
Llega el día esperado, todo el mundo expectante veía en su televisión el combate. Sobre el ring en una esquina se ubicaba Aquiles, acompañado por su manager, y en la otra esquina estaba Héctor. El árbitro manda a los dos contrincantes al centro se saludan y da comienzo al combate. Parecía estar muy igualado, pero al final del primer asalto Aquiles sorprende a Héctor con un gancho que lo deja KO. Héctor cae desplomado a la lona como si una lanza le hubiera impactado. El ganador es Aquiles, quien es recibido con júbilo por todos los griegos.