martes, 11 de marzo de 2008

Orfeo y Eurídice (Javi)




Juan Orfeo de todo los Santos era un músico que tocaba la lira en la orquesta filarmónica de su provincia. En una de sus actuaciones conoce a Eurídices y se enamora de ella a primera vista. Después de uno de sus conciertos ambos coinciden en un pub, y establecieron una relación. Pasaba el tiempo y el amor entre los dos maduraba.
En una de sus citas él se impacienta al ver que ella no llegaba. Después de enviarle varios sms y toques, y ver que no contestaba salió del local en busca de ella. Al final de la calle donde él se encontraba divisó varias ambulancias. Una terrible sospecha le recorrió por la mente y corrió a ver lo que había sucedido, horrorizado vio como su chica era envuelta en una sabana blanca y depositada en una ambulancia. En ese mismo instante de locura, Orfeo evocó al diablo y ante su asombro, alguien le agarró la mano. Cuando se giró vio la figura de un vagamundo, el cual le ofreció el siguiente trato: debía subir un rasca-cielo y en su punto más alto, tenía que saltar al vacío, para así poder recuperar la vida de Eurídice. En ese mismo instante él sin dudarlo subió a un edificio que estaba en esa misma calle, cuando faltaba escasos metros para llegar a la azotea una sospecha le asaltó, ¿será verdad la visión que he visto? ¿Y si es un borracho y se a burlado de mi dolor? pensaba Orfeo. Las dudas seguían incrementando, hasta tal punto que llegado el momento de saltar, dichas sospechas se convirtió en una terrible sensación de miedo. Ante esto, optó bajar por el ascensor y justo en el alumbrar de la puerta de la calle vio como el vagabundo riéndose de él se llevaba el alma de la chica. ¡No se lo podía creer! Ese vagabundo era verdaderamente la figura del diablo que venia a cobrar el trato que ambos pactaron.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una muy buena transposición al contexto actual de este mito. Has conservado muy bien el espíritu del mismo, la desconfianza, las dudas, los miedos de Orfeo. Un saludo muy cordial. Ricardo

Anónimo dijo...

Es importante, Javier y David, que el profesorado aprendamos de ustedes, los/as alumnos/as, que nos ayuden a ser mejores docentes con sus críticas constructivas. Por eso, quiero invitarles a participar aquí:
http://griegoantiguo.wordpress.com/viii-cio/
Un saludo muy cordial.